El tacto, capturado en forma.
Tacto es una meditación escultórica sobre la cercanía y la conexión — una silla que no grita, pero permanece, como la memoria del tacto.
La silueta es silenciosa pero intencionada: un asiento sólido y arraigado, sostenido en un equilibrio sereno por formas redondeadas que no llegan a unirse del todo — flotan, se acercan, casi se tocan. Hay tensión en el borde de la unidad, como si la estructura se mantuviera unida por acuerdo, no por herrajes.
El respaldo curvado fluye sin interrupción hacia las patas traseras, envolviendo al usuario en un marco suave. Los soportes frontales son más blandos, más humanos — creando una composición que se siente no solo estable, sino también empática. La forma se convierte en emoción. La solidez se convierte en cuidado.
Tacto no es simplemente una silla — es una conversación entre materiales, espacio y presencia. Una pausa entre movimientos. Un lenguaje visual de cercanía, gracia y confianza arquitectónica.
Diseño: Levantin Studio (designer: Lvov Sergei).