09.10.2025
Tottolo: una mesa que celebra la imperfección y el juego
Diseñada por Sergei Lvov de Levantin Studio y producida por Uneven Objects, la nueva pieza desafía la lógica del diseño tradicional para reconectar con la libertad creativa de la infancia.
Hay objetos que nacen para habitar los espacios, y otros que parecen creados para despertar emociones. Tottolo pertenece a esta segunda categoría. Concebida por el diseñador Sergei Lvov, del estudio italiano Levantin Studio, y producida por Uneven Objects en España, esta mesa (lanzada oficialmente el 1 de septiembre de 2025) es mucho más que un mueble: es un portal a la memoria y a la imaginación.
Tottolo surge de un recuerdo. De esos instantes despreocupados de la infancia en los que una mano curiosa se extendía hacia las herramientas del abuelo, entre virutas de madera y juegos improvisados. En ese banco de trabajo nacían figuras torpes pero llenas de alma, donde el valor no estaba en el resultado, sino en el proceso. Esa es la esencia que Lvov quiso rescatar: el diseño como un acto espontáneo, libre y profundamente humano.
El propio nombre, Tottolo, evoca un idioma imaginario: suena como un salto, una risa o el intento infantil de mantener el equilibrio. Es un sonido que encierra suavidad, picardía y libertad. Cada una de sus patas parece tallada más con emoción que con técnica, más con curiosidad que con cálculo. “No están trazadas con compás, sino talladas con placer”, dice el manifiesto de la pieza. En esa aparente imperfección reside su encanto: Tottolo no sigue la lógica del diseño industrial, sino el pulso de una mano que se atreve a explorar.
En tiempos en los que la perfección domina la estética, esta mesa reivindica lo contrario: la autenticidad del error, la belleza del trazo irregular y la potencia del juego como motor creativo. Es una pieza que invita a reconciliarse con la intuición y a recordar que, en el fondo, el diseño nace del mismo lugar que el juego infantil: de la curiosidad por crear algo que todavía no existe.
Como todo lo que lleva la firma de Levantin Studio, Tottolo combina sensibilidad conceptual con una fuerte carga poética. Y en colaboración con Uneven Objects —una firma que se distingue por su trabajo artesanal y experimental—, la mesa cobra vida como un objeto narrativo, donde cada curva y cada imperfección cuentan una historia.
Source: arqa.com
Tottolo surge de un recuerdo. De esos instantes despreocupados de la infancia en los que una mano curiosa se extendía hacia las herramientas del abuelo, entre virutas de madera y juegos improvisados. En ese banco de trabajo nacían figuras torpes pero llenas de alma, donde el valor no estaba en el resultado, sino en el proceso. Esa es la esencia que Lvov quiso rescatar: el diseño como un acto espontáneo, libre y profundamente humano.
El propio nombre, Tottolo, evoca un idioma imaginario: suena como un salto, una risa o el intento infantil de mantener el equilibrio. Es un sonido que encierra suavidad, picardía y libertad. Cada una de sus patas parece tallada más con emoción que con técnica, más con curiosidad que con cálculo. “No están trazadas con compás, sino talladas con placer”, dice el manifiesto de la pieza. En esa aparente imperfección reside su encanto: Tottolo no sigue la lógica del diseño industrial, sino el pulso de una mano que se atreve a explorar.
En tiempos en los que la perfección domina la estética, esta mesa reivindica lo contrario: la autenticidad del error, la belleza del trazo irregular y la potencia del juego como motor creativo. Es una pieza que invita a reconciliarse con la intuición y a recordar que, en el fondo, el diseño nace del mismo lugar que el juego infantil: de la curiosidad por crear algo que todavía no existe.
Como todo lo que lleva la firma de Levantin Studio, Tottolo combina sensibilidad conceptual con una fuerte carga poética. Y en colaboración con Uneven Objects —una firma que se distingue por su trabajo artesanal y experimental—, la mesa cobra vida como un objeto narrativo, donde cada curva y cada imperfección cuentan una historia.
Source: arqa.com